"Antes de ingresar a su escuela, niños dejaron sus mochilas a un lado para pasar por el arco detector, que usualmente se coloca en los actos del presidente Felipe Calderón Hinojosa." (Ver noticia)
Lo anterior es, obvio, una medida totalmente coherente que todo mandatario que se llame a sí mismo prudente debe aplicar. Es sabido por todos que los niños son enviados por Satanás para atentar contra la vida de los más honestos políticos. Si uno de esos mocosos hubiera logrado cegar la vida de nuestro querido Felipe Calderón con unas peligrosísimas tijeras de punta redonda, no sé que sería de nosotros en este momento. Y para quien piense que estas medidas de seguridad son una exageración, debería escuchar los testimonios de algunos ex-mandatarios que tomaron precauciones similares:
"En Cuba le' enseñamo' a lo' niño' ideales revolucionarios, pa' que se unan a una guerrilla y se maten solo'... así no' deshacemos de ello' bien fácil. ¡Ya tu sabe', chico!" |
Así que ya saben, mis lectores, cuando vean a un niño en la calle vigílenlo bien... podría estar tramando un atentado terrorista.
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